Todos hemos escuchado el término sadomasoquismo, donde el sádico disfruta infligir dolor y el masoquista disfruta sentir dolor.
Pero profundicemos para asegurarnos de que todos tengan la idea correcta y lo que hay detrás.
¿De dónde viene la palabra sadismo?
La palabra sadismo proviene del Conde Donatien de Sade, un noble francés del siglo XVIII que escribió novelas sobre violencia y crueldad sexual.
¿Qué quiere decir sádico por definición?
Un sádico es una persona que se excita sexualmente u obtiene satisfacción sexual al infligir dolor, crueldad o humillación a los demás. Pero no solo eso; existen también quienes experimentan la misma satisfacción al ver a otra persona lastimando a otros.
De hecho, la falta de consentimiento por parte del masoquista, puede ser una parte muy importante de la experiencia para un verdadero sádico.
¡El sadismo puede ser de naturaleza sexual o no!
¿De dónde viene la palabra masoquismo?
La palabra masoquismo proviene del escritor austríaco Leopold von Sacher-Masoch en el siglo XIX. El hizo mucho énfasis sobre la satisfacción que sintió al ser lastimado físicamente y al ser humillado mentalmente.
¿Qué quiere decir masoquista por definición?
Un masoquista es una persona que obtiene satisfacción sexual al ser sometido al dolor físico y/o la humillación.
Para los sumisos, el ser controlados por su pareja puede ser excitante. Si a esto le añadimos cierta medida de dolor, esto aumentará la sensación, la emoción y, por lo tanto la excitación sexual.
Cabe hacer notar que: ¡El masoquismo puede ser de naturaleza sexual o no, al igual que el sadismo!
BDSM y Sadomasoquismo.
En la comunidad BDSM, las prácticas sadomasoquistas son comunes. Los encuentros sexuales sadomasoquistas generalmente ocurren en el contexto de escenas con guiones que simulan interacciones entre Amo o Ama y esclavo, empleador y sirvienta, maestro y estudiante, dueño y caballo o perro y padre e hijo.
Para los dominantes, tener el control del placer personal de otra persona, y en cierta medida sus cuerpos y mentes, también es una parte estimulante del juego.
En cambio, a los sumisos les gusta tomar este papel porque trae sentimientos provenientes desde la infancia. La dependencia, la seguridad y la protección, y ganar la aprobación del sádico se convierte en el centro de su atención.
Pero hay que tener en cuenta que en BDSM, el consentimiento y la comodidad de ambos participantes es muy importante, por lo que es imprescindible establecer límites y palabras de seguridad para garantizar el bienestar y la integridad de ambos.
He leído detenidamente las características del sadomasoquista y me identifico plenamente con ellos. He sido sometido infinidad de veces por Amas dominantes , crueles y ´sádicas – preferiblemente travestis- a todo tipo de suplicios, torturas, tormentos, y, por supuesto, azotado de pies a cabeza con látigos, fustas, palmetas con marcas permanentes en varias partes de mi cuerpo. especialmente el culo, que en cada sesión recibe la suficiente cantidad de castigos -según la fuerza que aplica mi Ama, aunque , si bien cuento cada azote llega un momento en el que el dolor brutal me hace perderla, estimo que nunca son inferiores a 250 /300, naturalmente acompañados de los insultos de mi Dueña y, cuando lo hago en público -la mayoría- , las bulas y el goce morboso de la gente que exige más y más, excitándose totalmente cuando me retuerzo de dolor luego de cada azotes. No podría precisar cuanta veces me sometí a un Ama así de brutal -y estoy hablando solo de azotes, cuando hay una variedad inmensa de suplicios, torturas y tormento que también he recibido, hasta quedar para siempre con marcas indelebles en todo mi cuerpo. Los azotes, concluyen cuando el culo pasa del rojo vivo al sangrado, que la mayoría de las veces , como prueba de mi extenuación, generan mi desmayo total, visible, porque mis brazos atados con sogas finas y brutales a anillas del techo, se aflojan y no hay repuesta a otros golpes o azotes. Y al desatarme y quedar allí, tendido en el piso, sangrando por supuesto con el enorme consolador no muy largo pero sí bien ancho para que la dilatación del culo , una vez quitado parezca una pelota de tenis, como mínimo bien ancho enterrado en el culo, mi inmovilidad denuncia mi desmayo. Y ahí termina la filmación. Fueron, como mínimo, dos horas y media/tres de castigos brutales y eso justifica el precio de la entrada. Nadie se va disconforme, por que eses castigo son recibido luego haber chupado p2 o 3 pijas, luego rompiéndome bien el culo y, por fin, acabándome en la boca para tragar hasta la última gota de leche . Puto, esclavo y sadomasoquista al máximo, Debindo espera cerca de 15 días para reponerme y repetir el show una yotra yotra vez.