Antes, en el perfil, la foto solo mostraba la letra inicial del nombre del usuario que pone Gmail cuando no tienes foto asignada. Algo aburrido. Pero, esta vez había foto. Había la foto de dos hermosos pies, usando un pinta-uñas rojo intenso que dejaba ver lo hipnótico de la situación. Para Ignacio, aquello podía no haber tenido mayor trascendencia. No era más que una foto de pies. Había visto muchas fotos de pies. Le mando un mensaje a la Ama Domina, pidiéndole que no se comunicara más con él, dado que no tenía interés ninguno en todo aquello. Sin embargo, no era tan sencillo. Aquello había despertado algo en él. Incluso ahora, rozo mis huevos hinchados contra el suelo para contrastar los deseos y recuerdos a la vez que lamo el “dildo” con más pasión, abrillantandolo más. He de hacerlo así, ya que la jaula de castidad me impide cualquier disfrute… y las manos esposadas a mis tobillos para que no me haga un dedo o me meta el dildo por el culo para poder sentir placer. No es tonta, mi Señora. Sabe como soy y sabe como privarme del placer. No por castigo, no. Simplemente, por el placer del sadismo de saber que sufro y me excito más por este maltrato. Seguramente, cuando acabé con el novato que está dentro, si se ha portado bien que ella, deje que me use para liberar su frustración. Tal vez solo para limpiar el semen que haya soltado en los orgasmos prostáticos, o a lo mejor para que me follen la boca y se desquiten conmigo; incluso para que me quiten el plug y follen el único culo que podrán usar bajo las órdenes de ella

Una obsesión por los hermosos pies de la Ama Domina

Ama Domina ¿Quién sabe? La mera idea hace que me salive más la boca y me excite más… pero, creo que estoy desvariando. A fin de cuentas, esto es la historia de como acabé de ser un cazador a la mera puta de los novatos de mi Ama Domina. Fue algo… extraño, al principio. Ignacio se quedo embobado, observando como su figura se dibujaba. Se veían bellos y hermosos, bien cuidados a pesar del paso del tiempo. Tras dejar el ordenador a un lado, intentado buscar algún otro divertimento para sus emociones, se encontraba de nuevo volviendo a revivir esa imagen. Aquella noche no pudo dormir, simplemente con el pensamiento de como sería sentirlos, tocarlos, acariciarlos. Fue una obsesión instantánea que no se grabó en su mente, dando solo paso a que se empezará a volver una obsesión. Más fue aquello, cuando al releer el mensaje de respuesta que dio, pudo observar que había felicitado a la Ama Domina por aquellos hermosos pies. La duda se sembró entonces ¿Qué era aquello que le hacía actuar bajo el subconsciente? El sudor frío le brotaba por doquier, nervioso porque parecía saber la respuesta pero no quería contestarla. Por otro lado, la Ama Domina le contesto. Simplemente, se rió de él, al ser elocuente con sus palabras, aunque agradeció el halago hacia sus pies. Aquello solo fue un principio de lo que me depararían los siguientes mensajes. Estuvo sopesando la situación, pensando en que estaba mal de todo aquello. Muchas cosas, en verdad. Aquel no era él. No debía pensar cosas raras. Sin embargo, hay un dicho que reza que no se sabe hasta que se prueba. Los nervios los tenía a flor de piel, sin saber que escribir. Fue el mensaje que más le costó escribir. Sopesaba cada palabra, cada letra que colocaba. Sabía perfectamente que todo lo que pusiera, era un arma que usar en su contra. Tenía que escribir un mensaje en el que dejará en claro que solo tenía un inocente “fetiche”, el cual no era ni siquiera real. Podía ser simplemente una ambición de tener algo que no poseía en ese momento. Pero, lo importante, era dejar en claro de que aún con aquel mensaje, el no era una persona sumisa. Debía salir de la trampa que había colocado antes de que la fiera se cerniera sobre él, y a la par necesitaba conseguir aquella golosina que tanto le tentaba.

A sus pies, de rodillas mirando al suelo.

Era como un niño pequeño, el cual sabía que algo estaba mal y aún así lo quería y necesitaba. Mandó el mensaje apesadumbrado por ello, dándole vueltas de si lo que había hecho estaba bien o mal. En verdad, daba igual. Lo hecho hecho estaba y como diría Cesar “Alea iacta est”. Ahora todo dependía de como se tomara aquel mensaje la Domina que se encontraba al otro lado de la mensajería. Parece que mi Ama Domina  ha terminado. Abre la puerta, mostrándose en ropa interior, un arnés con el “strap-on” y medias. Un uniforme cómodo para la labor que estaba haciendo. Me mira, e instantáneamente apunto la mirada al suelo, producto de la vergüenza. Hace una mueca y un chasquido, sonando decepcionada. Sabe que me molesta. Sabe también que me excita. Me ha destruido tanto que simplemente con unos gestos ya soy una marioneta en sus dedos. Se agacha y me desengancha. No hace falta que diga nada. De rodillas, me arrastro a la habitación. Allí está el joven, otro novato más a la lista. Acababa de quitarse la jaula y se podía ver una fuerte erección. Tal vez no lo vuelva a ver. Le miro y al verme veo que le produzco asco ¿Así era yo antes? No, no existe un antes. Existe un ahora. Me quedo a sus pies, de rodillas mirando al suelo. Antes de que haya acabado de situarme, puedo notar como me agarra de la nuca, y guía su polla hacía mi boca. No me resisto. Dejo que se deslice dentro, a la par que puedo notar como mi lengua siente un sabor amargo. Se ha corrido antes. Algo sorprendente, dado que lo normal es que se le castigara por ello y no se le premiara. Comienza a follarme la boca.

Ser un reposapiés para que mi Ama Domina disfrute de su ocio.

No hay palabras, solo el sonido húmedo de mi boca al ser penetrada. Hace fuerza unas veces, pero se agota. Está desesperadamente deseoso por correrse de nuevo, pero no tiene fuerzas para ello. Suspiro para mí, y procedo a mamarle la polla. Es mi trabajo a fin de cuentas. No pongo interés ni pasión en ello, solo me esfuerzo por acabar con este trámite lo antes posible. Y así hago. No aguanta mucho antes de verter todo su contenido dentro de mi boca. Trago y procedo a limpiarle la zona con la lengua. Algo mecánico y callado. Una vez que he terminado, me retiro un poco, dándole espacio. Él, sin decir nada, se procede a levantar y a vestirse. Soy un objeto para él, ¿quien se molestaría en dirigirse a una silla? Sale de la habitación y hablar con mi Ama Domina… seguramente para pagar el tributo, o concertar la siguiente cita. No me importa. Después de esté, vendrá otro y otro. Siempre es así. Procedo a levantarme una vez que ha salido por la puerta. Mi Ama Domina me está esperando. Supuse que era para darme alguna reprimenda o para premiarme. Maldita sea mi imaginación. No es ninguna de las dos. Señala donde estaba haciendo mis labores, y veo que en el suelo hay líquido que brotó de mi polla a pesar del encierro. Una noticia agridulce. Mala porque mi Ama Domina me hará limpiarlo con la lengua. Buena, porque a parte del semen, algo más se añade a mi cena. Tras esto, se lo que debo hacer. Me encargo de mis quehaceres mientras mi Ama Domina se ducha y se viste para relajarse. Para cuando ella está ya en el sofá para sentarse, ya he terminado yo y me he colocado en el suelo para que pueda apoyar sus pies, sus hermosos y bellos pies sobre mí. Está es mi recompensa por un día de trabajo… y no hace más que enamorar mi mente con solo su roce, siendo un reposapiés para que mi Ama disfrute de su ocio. Más adelante, les continuaré contando como siguió derivando la situación hasta terminar en este punto. Hasta entonces, solo espero que hayan disfrutado de mis experiencias hasta ahora. Un saludo.