Victoria Y Su Sumiso Adriano En Camino Al Pueblo Femdom
Victoria se encontraba feliz, se dirigía junto con su marido, sumiso Adriano, hacia el pueblo de Santa Lucía. Pero antes de entrar, debían pasar la casa de registro donde debían registrarse. Adriano se le ordenó pasar a un área de registro físico donde tomarían sus huellas y se le fotografiaría de rostro y cuerpo desnudo. La secretaria que tomó los datos de Adriano y se dispuso a tomarle las fotografías quedó sorprendida. “Es la primera vez que un sumiso llega al pueblo con un cinturón de castidad, usualmente nosotras le proporcionamos a los visitantes de afuera,” le dijo la dama a Victoria. Él lleva unas tres semanas en castidad, quisimos pasar un fin de semana en el pueblo para seguir con su entrenamiento como sumiso.”
La secretaria terminó de tomar los datos de la pareja y le colocó el distintivo collar verde al cuello de Adriano, “Una sugerencia querido,” decía la secretaria amablemente al sumiso. “Recuerda aquí NOSOTRAS MANDAMOS y ustedes solo obedecen, recuérdalo y también solo habla si se te pide hablar, no inicies ninguna conversación y no mires de frente a las damas, es muy importante.” Adriano miró a la secretaria y con una sonrisa a la cara, “Como ordene señorita,” pero la secretaria le dio una fuerte cachetada a Adriano y Victoria golpeó en la otra mejilla a su marido. “¡Te dijo que no la miraras de frente!” Regaño Victoria a Adriano, “Bien hecho señorita Victoria aquí tratamos con manos duras a los sumisos rebeldes,” la secretaria dio algunos folletos a Victoria, “Que pasen una linda estadía en el pueblo,” dijo la secretaria al permitirles el paso a pie por el pueblo.
Disculpe Señorita
Victoria era una dama en sus veintes de piel morena y figura delgada bien ejercitada, ojos cafés claro y cabellera larga y lacia usaba una blusa floreada con los hombros descubiertos, shorts de mezclilla azules y zapatillas blancas. Mientras que Adriano, un hombre algo mayor que era de piel blanca, pelo corto negro y ojos azules, usaba un cinturón de castidad transparente con un candado en forma de corazón. Cuando caminaban por las calles, sumiso Adriano siempre iba atrás de Victoria.
Él llevaba en una mano el bolso de su dama y en la otra jalaba una maleta con ruedas. Era temprano en la mañana pero muchas personas ya estaban en las calles del pueblo, damas conversando en las calles y otras abriendo sus locales. Todas acompañadas de algún sumiso que estaba haciendo algun labor manual, sirviendo a su dama o recibiendo un castigo. Era la primera vez que Adriano se encontraba completamente desnudo frente a otras personas así que por instinto cubrió sus genitales con el bolso.
Una oficial de policía detuvo a la pareja, “Disculpe señorita, su esclavo trata de cubrirse con su bolso,” Victoria volteo a ver a Adriano. Ambos se miraron, la dama notó como algunas damas y la policía miraban a la pareja con detenimiento. Ella cerró su puño y golpeó en el estómago a su esposo sumiso. “¿Quién te dio permiso de cubrirte?” Gritó la dama a su marido, varias damas aplaudieron la reacción de Victoria. La policía tenía una correa de perro que le dio a Victoria, “¿Me dejas darte un consejo con él querida?”
Los Trabajos Laborales Son Para Los Hombres Sumisos
Preguntó amablemente la policía a la dama la cual aceptó. La policía obligó a tomar con ambas manos el asa de la maleta a Adriano y colocó el asa del bolso en la boca del sumiso. “Listo, el ahora no podrá cubrirse y podrá llevar todas tus cosas.” Victoria colocó la correa en el collar de sumiso Adriano, “Gracias oficial, le daré un castigo apropiado al grosero de mi marido más tarde.” Las damas alabaron a Victoria por lo que dijo y ambos fueron entre aplausos al hotel.
El hotel al cual se quedaron tenía las instalaciones adecuadas para que las damas pudieran descansar, relajarse y divertirse, pero no tenía empleados de limpieza ni mantenimiento. Todo ese tipo de labor era dado por los sumisos que acompañaban a sus damas en el hotel. Sumiso Adriano fue puesto a las órdenes de la dueña del hotel, “Bien sumiso Adriano, traperas todos los pisos del hotel, después limpiaras los baños de la planta baja,” dijo la dueña. Sumiso Adriano trató de decir algo pero Victoria le puso un bozal en la boca de su esposo, “Creo que es mejor que no digas nada tesoro, me voy a conocer el lugar,” dijo su esposa con una sonrisa. Salió del hotel dejando a su marido con las labores que se le ordenaron.
La Conferencia Sobre Estimulación Anal De Sumisos
Victoria caminaba por las calles del pueblo que eran bastante limpias y ordenadas. Ningún papel en el suelo y las casas, aunque rusticas, se veían pintadas y bien cuidadas. Notó que en la calle principal había varios negocios. La mayoría de los negocios eran tiendas de ropa y de cosméticos, tratamientos para mujeres y algunos restaurantes. También había sex-shops y tiendas de bondage para que las damas pudieran adquirir artículos para torturar o divertirse con sus sumisos. Victoria llegó a la plaza central del pueblo donde un grupo de sumisos colocaban un escenario.
Una chica se le acercó a Victoria, “Hola te invitamos a la conferencia sobre estimulación anal en sumisos. La dama miró el folleto, Me parece muy interesante, la verdad es que he querido probar la penetración anal con mi marido,” la chica miró alegre a Victoria, “Sabes estamos buscando a una dama y un sumiso sin experiencia ¿Te gustaría participar en la demostración con tu sumiso?” Victoria lo pensó un poco pero al final aceptó la propuesta. La chica guió a un restaurante a la dama para presentarle a la organizadora del evento.
Tengo Una Sorpresa
Mientras que Victoria comía y conversaba con algunas damas sobre el evento, sumiso Adriano terminaba sus labores justo a tiempo para la hora de la comida. Varios sumisos de rodillas y en una fila esperaban su comida. Una dama le quitó el bozal al sumiso, “Gracias estoy hambriento,” dijo sin pensar el sumiso. Sintió que alguien le tocó un costado, era otro sumiso que le hizo una señal de guardar silencio. Afortunadamente ninguna de las damas lo escuchó. Un par de damas sirvieron en platos para perro a los sumisos una pasta café claro que sería toda la comida que los sumisos recibirían ese día, “Recuerden chicos no desperdicien nada,” dijo la dueña del hotel. Sumiso Adriano no pudo protestar y tuvo que comer dicha pasta sin sabor.
Por la tarde Victoria volvió, “Vamos cariño te tengo una sorpresa,” dijo la dama a su marido. Tomó ella la correa y lo obligó a salir del hotel a cuatro patas. Salieron del hotel rumbo a la plaza, antes de llegar Victoria y sumiso Adriano fueron con una dama que los esperaba a una calle de la plaza, “Bien Victoria si es un buen ejemplar,” dijo la dama al revisar el cuerpo de Adriano. “¿Todavía quieres que él use los accesorios?” Le pregunto, “Claro, me encantaría ver a mi esposo con ellos.
La Caja De Madera
La dama entonces le dio a Victoria una caja de madera. Adriano estaba confundido cuando Victoria abrió la caja y colocó la cabeza de sumiso Adriano dentro de ella. Ambas damas sujetaron la caja en la cabeza del sumiso, la caja limitaba los sentidos de Adriano pero no el tacto. Las dos damas ayudaron al sumiso a ponerse una tanga femenina negra, guiaron al sumiso al escenario él cual ya había una multitud de espectadoras acompañadas la mayoría de uno o varios sumisos.
Ya todo listo, una dama dio inicio del el curso de estimulación anal para sumisos. Adriano no tenía ni idea de lo que pasaba mientras permanecía en una postura boca abajo con sus nalgas hacia arriba. Varias damas también tenían a sus sumisos en la misma postura, todos eran vírgenes anales. La instructora mostró con un sumiso como debían estimular el ano de sus sumisos y Victoria usando unos guantes de látex masajeo el culo del sumiso Adriano, él cual comenzaba a moverse e incomodarse hasta que se dio cuenta de lo que pasó.
Hace días sugirió probar el sexo anal dado por su esposa y ella le tomó la palabra. Después de dilatar el culo de los sumisos, la instructora mostró cómo debían penetrar a sus sumisos usando un dildo de un tamaño mediano. Una dama joven del público preguntó por qué no usan dildos mas grandes, “Porque querida, no queremos lastimarlos gravemente, aunque con práctica podrán ser penetrados con dildos verdaderamente grandes,” dijo la instructora mientras se colocaba un arnés e invitaba a las damas practicantes a usar uno.
Vas A Gozar Como Nunca
Las damas penetraron con gusto a sus sumisos moviendo sus caderas con mucho placer para ellas y claro los sumisos también sentían placer pero ninguno de ellos se les permitió liberar sus penes. En un momento, la instructora se detuvo de penetrar a su sumiso, “Si las damas están de acuerdo pueden invitar a las damas del público a participar.” Todas las damas, incluso Victoria permitió a alguna dama penetrar a su sumiso. Mientras una dama penetraba a sumiso Adriano, una dama acompañada de un sumiso que tenía una máscara que le cubría todo el rostro y le impedía mirar y escuchar se acercó a Victoria, “Disculpe señorita,” le dijo la dama amablemente a Victoria, “Mi sumiso hoy tiene permiso para quitarse la jaula de castidad y poder tener relaciones sexuales.
¿Dejaría que él penetre a su sumiso?” Victoria miró a dicho sumiso, no era mal parecido y tenía el cuerpo marcado. En secreto, Victoria fantaseaba de relaciones entre hombres, “Claro puede hacerlo.” La dama preparó al sumiso esposando sus brazos a la espalda y quitándole la jaula, mientras Victoria quitó la caja de la cabeza de Adriano, “Ahora querido vas a gozar como nunca,” le dijo a sumiso Adriano al hacerlo mirar al sumiso que ya tenía el pene bien erecto.
No Decepciones A Tu Amante
Adriano asustado comenzó a moverse gimiendo porque todavía tenía puesta una mordaza pero por sugerencia de la instructora Victoria tomó los testículos del sumiso con fuerza hasta que se calmó. Fue entonces que el otro sumiso ayudado por su dama comenzó a penetrar a Adriano. Él sumiso excitado parecía disfrutar de la penetración, además la dama lo penetraba a él usando un arnés y dildo de buen tamaño y ambos se movían con ritmo, mientras que Victoria mantenía el agarre en los testículos de Adriano y de vez en cuando lo motivaba a moverse, dandole fuertes nalgadas, “Vamos cariño, muévete no decepciones a tu amante,” decía Victoria con una sonrisa malvada.
En un momento la dama quitó de la cabeza la máscara del su sumiso haciéndolo ver quien estaba penetrando, “Te dije que hoy tendrías sexo, pero no te dije con quién,” dijo la dama mientras reía. Él sumiso estaba totalmente impactado y aterrado, nunca se había imaginado que se le obligaría a follar con otro hombre. Las damas de la multitud reían y aplaudían, sujeto por los brazos y con un dildo por el culo él sumiso no podía escapar por lo que tuvo que continuar con sus movimientos de cadera.
Fotografiados Por La Instructora
De una última estocada dada por la dama, él sumiso metió todo lo que pudo en el ano de sumiso Adriano. Él sumiso entonces no pudo más y eyaculó dentro del ano del otro sumiso. Cuando el sumiso sacó su pene del ano de sumiso Adriano, salio mucho flujo de semen caliente que se comenzó a salir del ano, pero a Adriano tuvo una fuerte eyaculación debido a la estimulación anal y además de que Victoria seguía apretándole los testículos. Victoria tomó el semen con su mano y se lo embarró en la cara a Adriano.
Para finalizar, todos los sumisos fueron fotografiados por la instructora como recuerdo de la experiencia. Al final del día, Victoria decidió que Adriano podía dormir en el mismo cuarto que ella, pero dentro de una jaula, mientras él sumiso podía al fin descansar, Victoria planeaba quemar todos los boxers de su marido y cambiarlos por pantis para damas.