Dóminas Que Controlan El BDSM BullWhip A Nivel Mundial Son Excepcionales
Si existe una técnica de la Dominación Femenina preferida por todas las Dóminas, la cuál es un compendio de adiestramiento, humillación, castigo y placer reunidos al mismo tiempo, esa sería el BDSM Bullwhip.
Dóminas que controlen dicha técnica a nivel mundial se pueden contar con los dedos de la mano, debido a la difícil combinación entre el propio control del látigo, y la disponibilidad de encontrar al animal que reúna las cualidades necesarias para recibir tan importante castigo.
La sola presencia visual del BDSM Bullwhip para nuestro adiestrado, ya le supone una enorme carga de adrenalina por el pánico, debido al intenso dolor producido sobre su piel. No existe otra técnica que produzca tanto miedo y respeto en un animal que el recibir en sus propias carnes nuestro BDSM Bullwhip.
Un Dolor Comparable A Una Rápida Descarga Eléctrica
Aunque todo el mundo pueda pensar que el contacto del látigo con el bastardo se produce con el propio cuero que lo compone, en realidad es el cracker o restallador, lo que golpea directamente sobre la bestia, provocando un dolor comparable a una rápida descarga eléctrica de gran intensidad, que se traduce a posteriori en una sensación de ardor y escozor, el cual en la mayoría de las ocasiones acaba en corte y sangrado.
Hay que tener en cuenta, que ya de por si el solo sonido atronador del cracker de nuestro BDSM bullwhip al romper la velocidad del sonido, es motivo suficiente para que nuestro esclavo se sienta tremendamente intimidado, y por consiguiente somos del todo conscientes, que el pequeño y fino trozo de nylon situado en la punta de nuestro maravilloso bullwhip, al golpear su piel a semejante velocidad, no es desde luego nada agradable para el bastardo.
Centrémonos en la parte Dominante, que en nuestro caso es la mas importante. Uno de los motivos principales de que no abundan profesionales de su manejo, sin duda alguna es por la complicada a priori manipulación de semejante herramienta, que por sus dimensiones y flexibilidad puede parecer ingobernable.
Dómina Lanzando Su BDSM BullWhip Con Precisión
Cuanto mayor longitud tenga nuestro BDSM bullwhip, mayor es el control que se debe tener, y por lo tanto nuestra técnica ha de ser mas depurada. Es todo un espectáculo digno de verse, el presenciar a una Dómina trabajarse a un macho inferior con el bullwhip.
A la hora de lanzar el bullwhip contra el esclavo, la Dómina adelanta su pierna flexionando la rodilla, para conseguir alcanzarlo con la precisión y potencia adecuada. El objetivo principal que persigue la Dómina para lograr dar un gran espectáculo y al mismo tiempo disfrutar de una sesión altamente placentera, es la de lograr azotar al animal al mismo tiempo que hace restallar el látigo.
En un concurso de azotes con bullwhip, es primordial conseguir por parte de la Dómina, una repetición continuada de azotes haciendo restallar el látigo una y otra vez, por la dificultad propia de la acción, de nada vale azotar a la bestia y que grite, si el golpe no va acompañado del correspòndiente restallar de nuestro látigo.
Diferentes Formas De Manejar El Látigo
Existen diferentes formas de manejarse con un bullwhip a la hora de azotar a un bastardo. Se puede azotar colocandonos a su espalda y lanzando el bullwhip como ya hemos indicado flexionando la rodilla y alargando el brazo con el látigo hacia nuestro adiestrado, otra manera es situándonos a su espalda pero de lado, balanceando el bullwhip hacia el animal con un movimiento simple de muñeca de izquierda a derecha repetidamente.
Es de vital importancia para la Dómina, que el animal a adiestrar tenga un temple y un aguante capaz de prolongar la sesíon el tiempo que le apetezca a la Dómina y no arruinar el espectáculo. La Dómina por SU parte, tiene la importante responsabilidad de ir variando la cadencia y la fuerza de los azotes sobre el esclavo, con el fin de alargar lo mas posible la sesión, para conseguir SU placentero disfrute personal y el de las asistentes al evento o espectáculo.
Toda sesión que se precie debe llegar a su fin, de una forma contundente como corresponde a nuestra posición y clase. Una vez ya hemos sacado el máximo provecho de nuestro esclavo, rematamos la sesión aplicando el golpe de gracia que haga el delirio de las asistentes y levante los aplausos de las asistentes. Debemos siempre terminar dejando bien claro nuestra autoridad sobre el macho inferior y que éste quede totalmente humillado como corresponde a un animal.
Nuestra satisfacción es lo mas importante.