la Práctica de Cuckolding

He estado casada con mi maravilloso esposo por 25 años y por 15 de ellos mi esposo ha sido mi “ cuckolding ”. Voy a empezar por explicarles lo que eso significa para que entiendan el resto de mi historia. La palabra cuckolding se refiere a una relación en la que el esposo acepta que su Mujer mantenga relaciones sexuales con otros hombres y frente a él. Ella decide si el esposo puede mirar mientras ella lo hace o si le permite participar durante el encuentro, sirviendo oralmente a ella o a su amante.

cuckolding

Por los primeros 6 años, nuestro matrimonio fue muy tradicional (vanilla), siempre estábamos juntos y nuestras relaciones sexuales eran increíbles. Decidimos probar algo nuevo y nos adentramos en el mundo D/s (Dominante/sumiso). Intercambiábamos nuestro roll de vez en cuando hasta que ambos decidimos que la persona Dominante en la relación, era Yo y que él era el sumiso!

Descubrir mi naturaleza dominante fue lo mejor que pudo sucederme en la vida diaria pero mayormente en el ámbito sexual. Si pensaba que antes tenía muy buen sexo con mi marido, ahora el placer se duplicaba y mis orgasmos cada vez eran más intensos.

 

En nuestra relación experimentamos el (Cuckolding), yo lo quería y mi esposo estuvo de acuerdo. Se convirtió en una parte muy importante en nuestra vida sexual. Quizá no le haga sentido a algunos lectores, pero en la vida D/s esta práctica es común y bien llevada es muy excitante para ambas partes. Ojo;  mal llevada es una bomba de tiempo que en cualquier momento puede explotar y es la causa de rupturas matrimoniales, enfermedades venéreas, embarazos no deseados, etc.

 

Regla número 1 para esta práctica es comunicación con tu pareja  y regla número 2 es protección. Siempre *usar preservativo*.  

Porqué Cuckolding? Es un estilo de vida. A mi marido le gusta que lo humille, mirarme teniendo sexo con hombres o mujeres más jóvenes y participar únicamente si yo se lo permito. Y yo, además de lograr un grado mayor de excitación, obtengo de él su grado máximo de sumisión, lo humillo y le niego el placer de participar. Si, soy una perra egoísta pero a mi esposo le gusto así. Es perfecto para ambos.

 

Me encanta el proceso de interactuar con hombres atractivos, invitarlos a salir y hacer que mi esposo me ayude a arreglarme para mis citas. El primer beso, la primer caricia, la pasión y por supuesto el sexo con diferentes hombres. Humillar a mi esposo durante la práctica y después de haber tenido relaciones sexuales con otros es maravilloso y mucho más porque dejo a mi esposo excitado y no le permito llegar al climax. Lo tengo bajo mi control, tengo todo el poder sobre él y lo disfruto a cada paso. El tipo de hombres que elijo para esta práctica son mucho más jóvenes y con el miembro grande para que mi esposo vea cómo disfruto con ellos. 

Como Mujer suprema si quiero puedo ordenarle a mi esposo que le haga sexo oral a mi hombre en turno. Humillante y perfecto para enseñarle quién manda en la relación. Nosotros acordamos no hacerlo.

 

Desde que tenemos este estilo de vida, le permito a mi esposo que sea él quien me penetre 2 o 3 veces al año, y lo hago únicamente para que no olvide el placer del que se ha perdido los 362 días restantes. Lo tengo comiendo de mi mano y esperando paciente por mí. Además esos 3 días yo estoy a cargo, le está prohibido moverse, soy yo quien lo monta. Mientras lo hago le recuerdo lo bien que se siente tener otros hombres dentro de mí. Cuándo está cerca de tener un orgasmo, me alejo y le digo lo que él ya sabe. Jamás volverás a venirte dentro de mí, para ti está prohibido.

Esto es parte del juego mental entre ambos, un recordatorio de quién está en control en nuestra relación.

sumiso

Mi esposo siempre lleva puesto una jaula de castidad en el pene y esto no le permite tener erección alguna. Por supuesto yo tengo la llave. Así me aseguro de su total fidelidad y de que no pueda masturbarse. Suena extremo pero es necesario y él la lleva puesta con orgullo y su sumisión es total. Esto me excita mental y sexualmente y él lo sabe y lo disfruta aunque le sea incómodo y lo frustre.

Elijo a un amante y lo mantengo conmigo hasta que me canso de él, no creo ningún lazo afectivo porque es ahí en donde comienzan los problemas. Salimos, nos divertimos, lo invito a casa, hacemos lo que se habló claramente desde un principio y se marcha. Simple. 

Pero es muy importante dejar claro desde un principio que lo necesitamos únicamente para nuestro estilo de vida y no para algo serio o duradero.

 

Les voy a describir una típica cita con un amante para que tengan una idea de cómo funciona:

Algunas horas antes de mi cita, dejo que mi esposo me bañe y me prepare para mi amante. Le pido que elija mi vestuario, me ayude a vestirme y mientras lo hace lo dejo que bese mi cuerpo y venere mis pies mientras lo torturo diciéndole lo excitada que estoy por encontrarme con mi amante. Además antes de irme, mi esposo debe desearme que me divierta y disfrute mi cita. Para el tiempo que voy a pasar fuera de casa, le asigno tareas que debe cumplir antes de mi regreso. Estas tareas pueden ser cocinar, planchar, limpiar, etc. Esto lo mantiene ocupado y le recuerda cuál es su lugar.

Durante mi cita, mantengo contacto con mi esposo por texto y siempre lo mantengo al tanto de la hora a la que voy a regresar a casa. En caso de que se me antoje tener sexo con el hombre con el que estoy, cuando llegamos a la casa le pido que me espere en el auto para preparar a mi esposo.

 

Si es la primera o segunda vez que estoy con ese hombre, entro a la casa, amarro a mi marido a su cama, le pongo un enchufe anal (plug) y me aseguro que tenga puesto su jaula de castidad. Le dejo la puerta abierta y me voy con mi hombre al otro cuarto. Esto es para asegurarme que mi marido lo escuche todo.

Una vez que hemos terminado y si no estoy cansada, despido a mi amante y me dirijo al cuarto en donde se encuentra mi esposo y le hablo de lo bien que la pasamos y lo buen amante que es este hombre. Lo humillo diciéndole que ojalá tuviera un pene tan grande como el de él para hacerme gozar. Me abro de piernas y lo obligo a limpiar mi vagina con su lengua y después lo penetro con dildo (strap-on).

Cuando ya son varias las veces que estoy con el mismo amante, invito a mi esposo a estar presente mientras tenemos sexo y lo obligo a permanecer en silencio. Lo fuerzo a mirarme a los ojos mientras mi amante me penetra y hago comentarios humillantes para avergonzarlo.

Dependiendo de mi estado de ánimo, algunas veces he hecho que mi esposo me succione los pezones, mientras mi amante lame mi vagina y mi clítoris. Pero esto no lo hago seguido, prefiero que únicamente nos mire. En mi caso, no los dejo tener contacto físico entre ellos . Esto fue un acuerdo entre mi marido y yo desde el principio ya que mi marido no tiene ninguna tendencia homosexual. Algunas mujeres sí lo hacen, pero nosotros no.

 

Dos veces experimenté esta práctica con mujeres y fue muy erótico y placentero, pero creo que mi marido disfrutó demasiado el vernos juntas y decidí no volverlo a hacer. Pero como consejo a toda mujer que esté en esta práctica; háganlo aunque sea una vez y lo van a disfrutar al máximo.

Desde que iniciamos este tipo de relación cuckolding D/s mi esposo y yo nos hemos unido inmensamente. Lo controlo completamente, hace exactamente lo que le ordeno y su sumisión es total.

Ahora llevamos más que una relación de marido y mujer, una relación de Ama Dominante /esclavo.

 

Para cerrar: Cuckolding no es para todas las parejas FemDom. Pero si estás hambrienta por lograr el control total sobre tu esposo, te excita humillarlo y expresar tu liberación como Ama Dominante; esta es la manera perfecta para lograrlo.

Siempre incluye a tu esposo en tu práctica, jamás lo hagas a un lado o esto podría causar la destrucción de tu relación.