Controlando El Orgasmo De Un Hombre Sumiso
Yo como sumiso, creo firmemente en una relación basada en la dominación femenina. Estoy particularmente encariñado con las prácticas de la negación del orgasmo y el ordeño de próstata. Creo que estas prácticas muestran el control que una mujer dominante siempre debe tener de su hombre sumiso.La negación del orgasmo también se utiliza como una forma de disciplina y entrenamiento del sumiso. Por lo tanto, un hombre se mantiene bien controlado y vulnerable.
La negación del orgasmo es una expresión que designa un juego sexual, asociado con el BDSM, que lleva al individuo al borde de un orgasmo, pero luego niega la liberación del orgasmo. La mujer dominante o “Domina” continuamente traerá él sumiso al borde del orgasmo pero no permitirá que se corra. Esta práctica puede ser autoinfligida o utilizada con caricias estimulantes de la mujer dominante. Hay varias formas que la domina puede negar el orgasmo de un hombre. Por ejemplo, ella puede exigir a su sumiso llevar una jaula de castidad durante cualquier tiempo que ella decide. En este caso, cuando el hombre está excitado, la jaula de castidad no le permitirá tener una erección resultando en él no tener un orgasmo.
El Ordeño De La Próstata
En más, la negación del orgasmo se puede utiliza con el ordeño de la próstata. El ordeño de próstata se realiza masajeando la próstata a través del ano para liberar todos los fluidos seminales. Se liberan muchos más fluidos mediante este procedimiento que lo que se logra mediante la estimulación erótica que lleva al orgasmo. La liberación de los fluidos seminales a través de la estimulación de la próstata vacía todos los fluidos directamente de su fuente. Por lo tanto, llevará mucho más tiempo acumulando más semen.
La sociedad normal puede criticar a las personas que realizan estas acciones utilizadas en la dominación femenina. No obstante, este es el reino de BDSM y lo normal no tiene sentido aquí. El mundo de BDSM tiene posibilidades ilimitadas. El ordeño de próstata en correspondencia con la negación del orgasmo para reforzar la sumisión de un hombre abre muchas puertas para comprender el gran placer y la sumisión total a la mujer dominante.