La Dominante Nico Robin Hace Un Paseo Por El Bosque
La arqueóloga de la tripulación de los Sombreros de Paja, la dominante Nico Robin caminaba tranquilamente en una vereda que atravesaba un bosque que se encontraba en una isla a la cual habrían llegado por la mañana. Sus compañeros salieron a conocer el pueblo, mientras que la arqueóloga decidió salir sola a conocer el lugar. Amaba vivir junto a sus compañeros de tripulación pero de vez en cuanto ella le gustaba pasar un tiempo sola para poder poner sus pensamientos en orden y disfrutar de la paz y tranquilidad que tenía el bosque que se encontraba algo lejos del pueblo.
La dominante Nico Robin usaba una blusa roja en escote en V, pantalones a la cadera negros y botines negros de tacón. Su cabello negro estaba recogido en una sencilla cola de caballo. Entre los arboles había un par de sujetos que miraban a la chica a la distancia pensado que la chica no los habían visto. De repente frente a la dominante Nico Robin, apareció un joven, “Disculpe señorita, podría darme su hora por favor.”
Los Muchachos Asaltan A La Dominante Robin
Robin encogió los hombros, “Lo siento, no uso reloj,” dijo la dama, de repente un sujeto la tomó por la espalda y coloco un cuchillo en la garganta de Robin.”Tranquila preciosa vas a ser una buena chica con nosotros o te haré un lindo hoyo en tu garganta,” dijo el tipo al oído de la dominante Robin. “Mira nada más la joya que tenemos aquí,” dijo el sujeto frente a Robin. Él se acercó y trato de tocarle los pechos de la dominante Nico Robin pero de repente ambos sujetos cayeron noqueados al piso.
Ambos sujetos despertaron con un tremendo dolor de cabeza, reconocieron el lugar donde estaban. Era la cabaña donde ellos solían llevar a sus víctimas que capturaban en el bosque, pero esta vez ellos eran las víctimas. Ambos se encontraban totalmente desnudos colgando de brazos de las vigas de la caballa con cadenas y sus pies estaban sujetos a barras de hierro para evitar que pudieran juntarlas. Frente a ellos se encontraba Robin, sentada en una silla tranquilamente mientras disfrutaba una taza de té.
Dos Fleur
Ambos criminales comenzaron a gritar e insultar a la dominante Robin moviéndose fuertemente para liberarse de las cadenas, pero la arqueóloga apenas y les ponía atención mientras que ella admiraba el interior de la cabaña. “Sí que ustedes tienen una buena guarida aquí caballeros,” dijo Robín con ironía.
“Completamente alejada del poblado y lo bastante oculta en el bosque para no ser vista, sus herramientas son muy interesantes,” decía la dama al ponerse de pie y mirar por una ventana. “¿Quién te crees que eres? Hija de…” uno de los criminales trató de decirle pero una mano salió de un lado de su mejilla y le cerró la boca, “Bajanos de una vez de aquí,” él criminal dijo pero tuvo el mismo tratamiento que el otro criminal. Le cubrió la boca con una de sus Un Fleur, “Caballeros no querrán saber quién soy yo cuando termine con ustedes ,”dijo la arqueóloga al mirar a sus prisioneros.
Los dos brazos de Robin se cruzaron, “Dos Fleur,” dijo la dama. De inmediato, entre las piernas de los dos criminales aparecieron un par de brazos con manos. A ambos criminales miraron con horror dichas extremidades que se encontraban muy cerca de sus miembros viriles. “¡Grap!” dijo la dama y las manos que aparecieron apretaron con mucha fuerza los genitales de ambos sujetos, haciéndolos gritar de dolor. Una de las manos retorcía los testículos de cada criminal mientras que la otra le apretaba el pene. Ambos sujetos literalmente clamaron piedad a la arqueóloga. La dominante Robin los miraba con una sonrisa de satisfacción, ella disfrutaba torturar a ambos criminales. “Me parece que no han tenido suficiente castigo, Cuerpo Fleur,” al decir esto una clon de Robin apareció a un lado de ella. Ambas damas tomaron a un criminal.
Las Damas Torturan A Los Muchachos
Las dos damas golpearon con furia las espaldas de los criminales con varas que había dentro de la cabaña. El clon de Robin al ser una copia de ella misma hacia los mismo movimientos que la dominante Robin original hacía. Incluso, si Robin reía, el clon también lo hacía. Después ambos criminales fueron marcados como ganado usando hierros calientes en sus glúteos. Las damas obligaron a abrir las bocas de los criminales y le sacaron las lenguas con pinzas, estiraron los penes de los prisioneros y les dejaron caer cera caliente. Colocaron bajo sus testículos una vela encendida lo bastante cerca para que sintieran dolor por el calor de la flama pero no lo suficiente para quemarlos.
Entonces metieron dentro de los glandes de las criminales varillas de hierro, para después ambas damas introdujeron sus dedos en los culos de los criminales. Lentamente dilataron la cavidad para meter primero dos dedos, después los cinco dedos, el puño completo y al final todo el brazo, haciendo gritar de dolor a ambos prisioneros mientras esto pasaba un par de dedos que había hecho aparecer Robin enfrente de los penes sujetaba la varilla y lentamente la subía y bajaba. “Ahora sabrán lo que es sufrir de verdad,” al decir esto las dos Robin dejaron de sodomizar a los criminales pero ambas apretaron con tanta fuerza los testículos de ambos que casi se los arrancan, como si fueran un par de toronjas que se quitan de un árbol. Fue tal el dolor que ambos se desmayaron.
En la noche en la plaza del pueblo aparecieron ambos criminales amarrados y colgando de un poste todavía inconsciente. Rápidamente la policía los arrestó por sus múltiples crímenes, mientras que la dominante Nico Robin ya habría vuelto al barco junto a sus compañeros después de disfrutar su paseo por el bosque.