Desde muy niño, siempre tuve tendencias y pensamientos sumisos. Un primer indicio de mi sumisión fue jugar con mi vecina, Rachel al “doctor”. En este juego recuerdo que ella se quitó los pantalones e inmediatamente besé sus nalgas sin que ella me lo pidiera. No lo sabía entonces, pero a medida que crecía tenía más y más sentido, lo había hecho a manera de respeto y servitud.

En la escuela secundaria, las chicas comenzaron a usar tacones altos y sandalias. Sin darme cuenta comencé a poner atención y tenía que esconderme porque mi excitación cada vez era más evidente. Por esa época, encontré una revista titulada “Leg Show” (show de piernas). La revista mostraba los pies, los zapatos y las piernas de las mujeres, y acompañando  las fotos habían historias referentes a la Supremacía Femenina. Muchas de las fotos mostraban hombres sumisos adorando los zapatos y los pies de una mujer, y en las historias se hablaba de su sumisión, obediencia y todo aquello que estaban dispuestos a hacer para complacerla. Cuando llegué a la universidad, y el internet estaba disponible, hice más y más investigaciones, encontrando sitios web que trataban sobre el Dominio Femenino. Los leí hasta el cansancio; necesitaba entender mi ansiedad y mi necesidad de pertenecer y servir a una Mujer Dominante.

A medida que fui creciendo, mis interacciones con mujeres no dominantes me dejaron insatisfecho y frustrado; sin embargo, temía que  se supiera mi necesidad de servir y mis fetiches de pies y zapatos. Un día, encontré un sitio de citas en donde Mujeres Dominantes y hombres sumisos en busca de pareja D/s.  Allí descubrí que había muchas Mujeres en mi área, con personalidades dominantes tratando de encontrar hombres sumisos como yo; ya fuera para llevar a cabo juegos eróticos, usarlos como servidumbre, humillarlos, castigarlos y más. Allí tuve mi primera verdadera experiencia con un Ama Domina en donde desempeñé la función de sirvienta, chico de recados, adorador de sus pies y botas y al fin sentí que había encontrado mi lugar. 

Cada vez es más común encontrar Mujeres que realmente están en busca de hombres sumisos como yo que las sirvan, obedezcan y complazcan. Actualmente la sociedad en general está más abierta a aceptar este tipo de relaciones en donde los esclavos se someten para servir a sus Diosas. Ahora soy un hombre completo, me siento útil, tengo un propósito. Cada uno de nosotros llevamos a cabo nuestro rol y día a día nos compenetramos más, aprendemos el uno del otro y ambos tenemos lo que nunca antes habíamos encontrado.