Le había sucedido de nuevo, otro hombre que quería abandonarla por su poca imaginación y falta de pasión en la cama. La única diferencia es que esta vez Ama Femdom Nadia estaba enamorada y no estaba dispuesta a perderlo.
Dime qué quieres que haga Gustavo y lo haré, no quiero perderte, Te Amo y estoy dispuesta a hacer cualquier cosa para que nuestra relación funcione. Te necesito, te quiero a mi lado; por favor enséñame a complacerte.
Gustavo se le quedó mirando, la tomó de la mano y le preguntó: En verdad harías cualquier cosa por mi Nadia? Ella sin dudar respondió que sí.
Su relación siguió adelante como si la conversación que habían tenido jamás hubiera existido. Llegó el fin de semana y Gustavo antes de salir le dijo, Nadia te tengo una sorpresa para esta noche. Ponte hermosa y quiero que te pongas el vestido largo que te compré para tu cumpleaños. “No quiero que te pongas ropa interior”. Paso por tí a las 8pm.
Nadia estaba muy emocionada, solo pensaba en la manera de hacerlo feliz. Comenzó a arreglarse desde temprano para estar lista a tiempo. No podía esperar para ver la sorpresa que Gustavo había preparado para ella.
A las 8pm en punto él estaba en la puerta. Había alquilado una limosina con chofer para que los llevara. La tomó del brazo y ambos subieron en la parte trasera. Había una botella de champaña y música suave. Bebieron una copa y Gustavo comenzó por besar su cuello, sus labios, sus hombros.
En ese momento Nadia dejó de lado la pesadilla que había vivido las semanas anteriores, cuando lloraba pensando que su hombre había dejado de Amarla. Gustavo le sirvió una segunda copa y le dijo que la terminara hasta el fondo y ella así lo hizo. Estaba dispuesta a ser obediente y dócil para tener una noche perfecta con el amor de su vida.
Gustavo comenzó a subirle el vestido para tocar su clítoris desnudo y después de un rato la penetro con sus dedos. La excitación de Nadia era completa, sus jugos escurrían por entre sus piernas. La limosina se detuvo frente a una mansión en la que ella jamás había estado. Estaba realmente impresionada, pero no tenía idea qué hacían allí. Ella siempre pensó que la sorpresa sería ir a algún restaurante elegante y romántico.
El chofer les abrió la puerta, se bajaron y Gustavo tomándola del brazo la guió a la entrada de aquella mansión. Qué hacemos aquí Gustavo? Gustavo tomando su cara con ambas manos y mirándola fijamente a los ojos le dijo: Recuerdas que me prometiste que harías cualquier cosa para hacerme feliz Nadia? Aquí es en donde vas a aprender a cómo complacerme.
En ese momento la puerta se abrió y un hombre mayor elegantemente vestido les dió la bienvenida.