Ya me encontraba muy cerca de ellos y podía escuchar claramente la sumisión total en la voz de aquel hombre. Era una conversación que pareciera ser entre un Ama y un esclavo. Ella le ordenó que pidiera para ella un platillo con mariscos y una ensalada; y para él únicamente una ensalada ya que tenía unas libras de más. Sin protestar, siguió sus ordenes al pie de la letra.
Al fin ella lo invitó a sentarse diciéndole que mas tarde arreglarían el problema de haber llegado tarde. Tomó asiento a su lado y comenzaron a hablar amigablemente. Ella le preguntó si había conseguido el nuevo contrato. Si Ama le contestó y es por ello que llegué tarde pues estábamos afinando los detalles con el nuevo cliente. Menos mal, porque decidí remodelar la cocina y para eso hace falta mucho dinero aun así, sabes que esa no es justificación para tenerme esperando. Sabes las reglas, tienes que llegar antes que yo en donde quedemos de vernos y esperarme afuera para abrirme la puerta del auto y la puerta del lugar.
Sabes que fui yo quien tuvo que hacer el trabajo por ti esclavo? Al escuchar la palabra esclavo pensé que estaban solamente jugando, pero aquel hombre bajó la cabeza y se disculpó de inmediato diciendo que jamás volvería a suceder y aceptaría cualquier castigo que le fuera impuesto con tal de verla sonreír.
Yo estaba en shock, no podía creer lo que estaba escuchando, que poca hombría, cómo podía permitirle que lo tratara de aquella manera, simplemente no entendía nada. Lo único que me quedaba claro es que la sumisión total sí existe. para algunos hombres.
La comida llegó y ya no hablaron, pero me percaté de cómo él la miraba cada vez que se atrevía a voltearla a ver. Los ojos de aquel hombre estaban llenos de adoración y respeto por aquella imponente Mujer. Terminaron, el preguntó si necesitaba algo mas y ella simplemente negó con la cabeza. Pagó la cuenta, se levantó, la ayudó a levantarse de su silla y se apresuró a abrirle la puerta y se fueron, caminando el detrás de ella y no a su lado.
Mil ideas cruzaron por mi mente. Jamás había presenciado una escena como esta en mi vida. Parecía que ella era su dueña y él era su mascota. Lo increíble de esta situación es que yo no podía sacarme de la cabeza la imágen de aquella mujer.
Pasaron días y mi mente regresaba al lugar en donde la encontré, se estaba convirtiendo en una obsesión para mí. No podía concentrarme en el trabajo, cosa que nunca antes me había pasado. Necesitaba saber más, necesitaba volver a verla, necesitaba saber qué podía estar haciendo ella para lograr la sumisión total en aquel hombre!
Regresé a aquel lugar y me alegré de ver al mismo cantinero de aquella tarde. Pedí un whiskey en el bar y comencé a platicar con él ya que había muy pocos clientes por ser temprano. Me armé de valor y le pregunté si recordaba a aquella Mujer y le describí la escena para ayudarlo a recordar. Se quedó pensando por unos instantes y sonriendo contestó; cómo podría olvidarla? Algunas veces viene sola, siempre toma dos copas de vino, exactamente de la misma reserva, no habla con nadie, se levanta y se va. Otras veces viene a encontrarse con alguno de sus 2 hombres, que pareciera están a su servicio.
Sentí como mis ojos se abrieron atónitos al escuchar que no era únicamente un hombre sino dos hombres quienes dedicaban su sumisión a ella.
Cuándo es que viene sola pregunté? y su respuesta fue hoy después de las 6 de la tarde. Aquí estaré esperándola……….