A La Hora De Terminar El Trabajo
Viernes 30, 5.45 p.m. marcaba el reloj en la pared del complejo de oficinas. Casi sería la hora de salida y muchos empleados se proponían a salir. Un joven empleado del cubículo 18 de nombre John H. seguía escribiendo en su computador revisando estados de cuentas mientras sus compañeros se disponían a salir del trabajo.
Un compañero del trabajo se acercó al cubículo de John, “Vamos Johnny, hoy tengo ganas de ir al bar,”dijo Marco al asomarse al área de trabajo de John. Él seguía metido entre las cuentas y además, cálculos al ordenador. “Lo siento Marco, quiero terminar el reporte,” dijo John mientras volvía a su trabajo, “Como quieras, nos vemos el lunes,” dijo Marcos al volver a su cubículo a recoger sus cosas para irse.
En realidad, John esperaba que la oficina se vaciara. Mientras los empleados recogían sus pertenecías y se dirijan a la puerta de salida, John seguía revisando y corrigiendo su reporte semanal. Debía quedar impecable, aprovechaba el tiempo para corregir una vez más dicho reporte. Justo después de las 6 pm, salió el último empleado, dejando la oficina en silencio. Se sentía muy ansioso y exaltado, pero debía guardar la calma.
John Se Reúne Con La Jefa Dominante
Fue entonces cuando John apagó su computador, imprimió su reporte y se dirigió a la oficina privada de la Jefa dominante del departamento, la señora Vanessa Z. Él cual se encontraba al fondo de la oficina. Él muchacho tomó el informe y se dirigió a la puerta de dicha oficina de la jefa dominante. Tocó tres veces y esperó a que respondiera, “Adelante, se oyó una voz femenina dentro de la oficina. Él muchacho entró, “Buenas noches señora,” dijo John al entrar al privado de la jefa dominante. “Entra y cierra la puerta con el pasador,” dijo la dama tras un hermoso escritorio ubicado al fondo de la oficina.
Vanessa era mujer de mediana edad aunque parecía más joven debido a sus rutinas matinales de ejercicio. Ella era de cutis morena, cabello negro lacio hasta los hombros y ojos cafés obscuros, usaba un sastre negro con una blusa azul, falda ejecutiva negra y botines de tacón negros. “Es una dama sumamente hermosa.” Pensó John al entrar a dicha oficina. “Toma asiento,” dijo con calma a su subordinado.
El Desempeño De John Mejoró Este Mes
Él rápidamente se sentó frente al escritorio de la jefa dominante, “ Tenga señora, mi reporte semanal.” Ella tomó los papeles y se puso a revisarlos de manera concisa. Su mirada era fría y calculadora haciendo que a John se le erizara la piel. Sentado, él muchacho mantenía la mirada al piso. Debía esperar a que ella lo revisara. Temía que ella al terminar simplemente dijera, “Buen trabajo, ya puedes irte.” Tenía prohibido por ella él mencionar sobre sus sesiones de los últimos viernes de cada mes.
Estaba tremendamente nervioso por el resultado de su evaluación. Al final, ella tomó las hojas y las guardó dentro de un archivero. “Todo está muy bien, tú desempeño aumentó este mes, te felicito, “dijo la dama al ponerse de pie hizo una larga pausa que le pareció a John una eternidad, “Ya puedes desnudarte,” le dijo la dama al chico.
Bajo Los Pies De Vanessa
John rápidamente se puso de pie aliviado, se dirigió a un lado de la puerta donde había un perchero donde él debía colgar su traje y saco. Vanessa detestaba que sus subordinados dejaran la ropa regada, así que ordenaba dejar la ropa en el perchero. Rápidamente, se quedó completamente desnudo mostrando su cuerpo pálido, cabello castaño y ojos azules, de cuerpo atlético y perfectamente depilado. Tenía una jaula para el pene puesta.
Rápidamente se acostó en el piso junto al sofá con la cara pegada al piso esperando instrucciones. La jefa dominante cerró las cortinas de su despacho, dejando una luz tenue que apenas alumbraba cambiando totalmente el ambiente dentro de la oficina. Vanessa se dirigió hacia el sofá donde se sentó y colocó sus tacones sobre la espalda de su subordinado, “Te dije que aumentaría tu productividad,” dijo la dama al aplicar un poco de presión sobre la espalda del muchacho, “A que te gusta estar así.” Entonces se puso la dama de pie, haciendo que John gimiera de dolor mientras se mantenía boca abajo, “Si señora adoro estar bajo sus pies,” dijo el muchacho con la cara pegada al piso.
La Cruel Jefa Dominante Castiga A Su Subordinado
Entonces Vanessa tomó una pala que tenía en su escritorio, ”Manos contra el escritorio,”dijo autoritariamente. Rápidamente él subordinado se puso de pie y fue hacia el escritorio, colocó sus manos contra él inclinándose y bajando un poco la cabeza. Fue cuando la Dama dio un rápido y fuerte golpe en las nalgas del muchacho usando la pala dejando una marca roja en la piel de John. Él joven gimió de dolor lo que provocó que su supervisora siguiera con una serie de golpes en sus glúteos hasta dejarlos completamente rojos.
Sin dejarlo de cambiar de posición, la jefa dominante tomó los testículos inflamados del muchacho y los colocó entre las piernas del chico y obligó al chico a cerrarlas. Fue entonces cuando ella tomó una pequeña varita y con ella comenzó a golpear los genitales del chico, “Me encanta ver tus bolas azules,” decía la cruel dama mientras continuaba con el castigo. John trataba de aguantar todo lo que podía, pero el dolor era tremendo. Al tratar de moverse perdió el equilibrio y cayó contra el piso.
No Seas Lloron
Vanessa le dio una fuerte patada contra el estómago,”¿Quién te dio permiso de moverte?” Regaño al muchacho, pero antes de que él joven pudiera decir algo, ella pisó los genitales del chico haciéndolo gemir de dolor, “Vamos no seas llorón, ponte de pie, te tengo una linda sorpresa,”dijo al dejar de pisotear al muchacho.
Él muchacho lentamente se puso de pie. La dama acarició la hombría del muchacho, “Vamos pon la cabeza contra el asiento de mi escritorio. “John se puso algo animado. Rápidamente colocó su cabeza en la posición indicada, sentándose en el piso. La dama se levantó un poco la falda mostrando unas hermosas bragas blancas y se sentó sobre el rostro del chico él cual podía sentir el dulce aroma de la dama. “No te muevas, solo huele, grábate mi aroma,” dijo la dama mientras se acomodaba sobre él chico. Él cual cerró sus ojos para tratar de disfrutar el olor y el tacto de la intimidad de su jefa.
Vanessa Sigue Castigando John
Mientras permanecía en esa postura, Vanessa sacó un par de objetos de su escritorio, unas llaves y una bomba de vacío para pene. Ella quitó el candado de la jaula de pene del subordinado, la cual rápidamente tuvo una tremenda erección, “Veo que te gusta, has tenido una erección de inmediato y tus testículos se ven bien llenitos, dime ¿Cuánto tiempo llevas enjaulado?” Él muchacho sabía la respuesta, “Unas cuatro semanas señora,” dijo John todavía con la cabeza debajo de las piernas de la dama.
Fue entonces cuando Vanessa colocó el pene del muchacho dentro de la bomba de vacío y la hecho andar,” Te dije que si te dejabas enjaular tu productividad aumentaría,” dijo la dama mientras acariciaba los testículos del muchacho. Los gemidos de John acariciaban la parte externa del clítoris de Vanessa haciéndola gemir de placer. No lo dejaría penetrarla pero si lo usaría para masturbarse un rato.
John Se Quedó Agrado Con La Sesión De Hoy
De vez en cuando la dama sacaba el pene del chico para masajearlo con sus manos. Solo para volverla a meter dentro de la bomba de vacío y aumentar la potencia del motor. Él chico tenía las manos en la espalda y trataba de mantenerse en esa postura concentrado en los olores y la sensación de la piel de su rostro contra la suave tela de las bragas de la dama. Sería que iba a correrse y comenzó a gemir profundamente, “Me corro señora, me corro,” le decía él sumiso a la dama, la cual masajeaba el pene de el.
Pero ella bajó sus manos a la base del pene del chico y lo apretó con fuerza para soltarlo de repente haciendo que un chorro de semen saliera mojando el piso y los zapatos de la dama pero provocando un gemido de desaprobación por parte del muchacho.”¿Qué esperabas?” Dijo Vanessa con ironía, “No recuerdo darte permiso para que sintieras placer, ahora lame todo el semen que has tirado,” dijo la dama al ponerse de pie antes de volver a enjaular el pene del chico.
John frustrado y de rodillas hizo lo que se le pidió, lamió todo el semen del piso, de las patas del escritorio y finalmente del calzado de Vanessa la cual vigilaba que el trabajo se hiciera correctamente.”Vístete y sal de mi oficina,” dijo la dama al volver a su escritorio y continuar su trabajo como si nada hubiera pasado ahí, ”Si señorita, le agradezco por la sesión de hoy,” dijo John al ir a volver a vestirse y salir con calma de la oficina de forma humilde.