Jose Miraba Otro Hombre Follando Su Esposa

La señorita Leti miraba con orgullo los genitales de su marido corneador, José. Ella afeitó en su totalidad el pene y testículos de su esposo y le colocó una jaula de castidad en el pene, “Se te ve hermoso cariño,” le decía Leti a su marido corneador mientras acariciaba los testículos de su marido. La jaula era transparente con un pequeño candado y un cascabel. Leti y José tenían un par de años casados, seguían enamorados el uno del otro, pero a Leti le gustaba tener relaciones sexuales con otros hombres y a José le excitaba ver a su amada esposa con otros hombres.

Un día José, él marido corneador, llegó temprano a casa y descubrió que Leti estaba en su cama teniendo relaciones sexuales con uno de sus amantes, en secreto, José miró el acto sexual de su esposa mientras que él se masturbaba. Leti y su amante atraparon a José mientras eyaculaba fuera de la alcoba y a la dama le disgusto que su marido corneador los mirara sin permiso, por lo que decidió castigarlo poniéndolo en castidad por una semana.

Quitame La Jaula Cariño

Durante toda la semana y como parte del castigo, José debía cumplir cualquier orden que Leti le daba, dentro de casa José haría todas las labores domésticas completamente desnudo. Cuando trabajaba Leti, le pediría en cualquier momento una foto de su jaula y el de inmediato debía hacerla y enviársela. Durante el acto sexual, Leti no quitaba la jaula de su marido corneador, pero él debía complacerla dándole sexo oral a su mujer. En el último día de su castigo y al terminar de saborear la intimidad de su esposa, todavía de rodillas él marido corneador le preguntó a su esposa, “Cariño, ya ha pasado una semana “¿Me puedes quitar la jaula?”

Leti enfurecida lo tiró de la cama y antes de que él sumiso se pusiera de pie, ella colocó su pie en el pecho evitando que se incorporara, “Eres un degenerado, solo piensas en tu placer,” le gritó Leti enfurecida a su marido corneador. Antes de que José pudiera decir alguna palabra, Leti le dio una fuerte cachetada, “Cállate pervertido, ahora tendré que disciplinarte con más fuerza,” le dijo la dama mientras que obligaba a su marido corneador a permanecer en el piso.

Leti Castigando Su Marido Corneador

Leti trajo de un cajón una vara y unas esposas especiales de madera con tres orificios, dos grandes en los lados y un orificio más pequeño en el centro. La dama colocó los brazos de su marido en la espalda y metió sus muñecas en los orificios grandes de las esposas y antes de cerrarlas, metió los testículos dentro del orificio central. Leti colocó a su marido boca abajo sobre un banco con los glúteos hacia arriba, “Bien cariño ahora abre las planas,” José temeroso hizo lo que se le pidió y Leti de un rápido movimiento golpeó las palmas de la mano de su marido.

Él hombre gritó y se retorció de dolor y por instinto cerró los puños, “Te dije que abrieras las manos.” Leti entonces golpeó varias veces los glúteos de José con mucha fuerza hasta que él volvió a abrir las palmas. Leti siguió golpeando las palmas y glúteos de José hasta que de un rápido y certero movimiento golpeó los testículos con la punta de la vara, haciéndolo gritar de dolor, “Ahora veo que te gusta más que te golpee los huevos cariño,” entonces el castigo se concentró en esa área, “Ahora tu castigo aumentará a un mes.” Le dijo Leti antes de dejarlo en el piso de la alcoba totalmente adolorido y con los testículos rojos, él aprendió la lección y no volvió a comentar el tema durante todo el mes.

La Reunión De Las Damas Dominantes

Los días siguientes Leti tuvo una reunión con sus amigas en su casa y José debía servirles bocadillos y café. El grupo de amigas de Leti tenían esposos cornudos y amantes regulares, todas compartían sus experiencias con sus amigas, claro José seguía castigado y debía permanecer totalmente desnudo y mostrando su cinturón de castidad, “No quiero escucharte decir una palabra,” le dijo Leti a su marido mientras él cocinaba los bocadillos,”Y no te cubras, debes de estar orgulloso de mostrar tu castidad a otras damas,” Leti le decía mientras acariciaba sus testículos inflamados. Durante la reunión, las damas conversaban sobre los amantes que cada una tenía, todas alabaron la castidad de José y más de una quiso poner en castidad a su respectivo marido cornudo.

Al final de mes, José llegó del trabajo, su esposa lo esperaba usando un babydoll negro con medias de seda y tacones altos negros haciéndola ver sensual, “Que bueno que llegastes amor, te tengo una dulce sorpresa,” le dijo Leti a su marido tomándolo de la mano y llevándolo a su alcoba. José emocionado se desvistió totalmente esperando que su esposa al fin le quitará el cinturón de castidad, pero Leti lo volvió a esposar con las mismas esposas de madera y lo sentó en un banquillo que estaba en un rincón del cuarto viendo de frente la cama.

marido corneador

El Objeto Inerte

”Ahora serás una lámpara,” le dijo Leti divertida a su marido y le colocó dentro de su boca las pantis que Leti usó durante el día y por último, una pantalla de lámpara sobre su cabeza, “Eres un objeto inerte, así que no te muevas hasta que yo te indique,” le dijo la dama antes de salir del cuarto.

Leti esperó un rato sentada en la sala hasta que sonó el timbre de su casa. Ella abrió la puerta y le dio la bienvenida a Makonnen y Akanni, un par de chicos de piel negra que ella conoció en el gimnasio. Akanni tenía el cabello rizado muy corto mientras que Makonnen estaba totalmente rapado, ambos muy atractivos y con el cuerpo bien ejercitado y marcado. Leti invitó a ambos caballeros tomándoles de la mano a su alcoba, dentro ambos comenzaron a abrazar y acariciar el cuerpo blanco y bien formado de Leti haciéndola gemir de placer, “Espera ¿qué es eso?” Preguntó Makonnen al mirar a José con la lámpara en la cabeza, “Es mi marido, está jugando a ser una lámpara inmóvil,” dijo Leti con naturalidad, “No hay problema?”

Leti Y Sus Amantes BBC

Preguntó Akanni al dar un par de golpes sobre la lámpara humana, “Claro que no, soy toda suya,” dijo Leti a sus dos amantes BBC, ambos sonrieron y se desnudaron totalmente arrojando su ropa sobre la lámpara. Leti tomó ambos miembros viriles de los dos BBC, “Es serio lo que dicen de los penes negros,” decía Leti totalmente excitada. “Están más dotados que mi marido,” ambos BBC rieron y Leti con mucha lujuria comenzó a masturbar cada pene hasta que se pusieron firmes y al lograrlo comenzó a mamar por turnos cada pene.

Leti se concentró en el pene de Makonnen mientras que Akanni comenzó a meter los dedos dentro de la vagina y ano de la chica, de un movimiento rápido, el BBC penetró con fuerza la vagina de Leti haciéndola gritar de placer, “Oye no saques tu boca de la verga,” le dijo Makonnen a Leti y volvió a meter el pene dentro de la boca de Leti. Akanni metía el dedo pulgar para dilatar el ano de Leti. “Se ve que te gusta la penetración doble,” decía el BBC, entonces ambos hombres penetraron doblemente a Leti haciéndole enloquecer y ambos se turnaron para cambiar de posturas dándole el mayor placer posible.

La Negación De Tu Orgasmo

Leti podía escuchar el tintineo de el cascabel que tenía puesto José, eso le indicaba que su marido se excitaba con escuchar a su esposa gemir de placer y eso a ella le gustaba. Al terminar, los dos BBC recogieron su ropa y dejaron la casa, “Ven cariño, lame mi intimidad,” le dijo Leti, al fin José se puso de pie y se dirigió lentamente a saborear cada orificio que su esposa tenía, el cual tenía todavía el semen de sus amantes. Sacó las pantis de su boca y comenzó a lamer la vagina de su esposa, el sabor no le gustaba mucho al sumiso pero debía complacer a su esposa, “Bien cariño te lo ganaste,” le dijo Leti al terminar de lamer todo el semen de su vagina y ano.

Le quitó las esposas y lo guió a la regadera donde le vendó los ojos y le quitó la jaula. Rápidamente el pene del sumiso se inflamó, “Vamos cariñito mastúrbate para mí, José. Rápidamente se frotó con ansia su pene, “Gracias amada Leti, le decía José entre gemidos a su esposa, pero justo antes de correrse, ella le vacío una cubeta de agua helada en el pene de su marido interrumpiendo el orgasmo y haciéndolo eyacular sin placer, “Huy perdón amor, creo que tendrás que esperar al próximo mes.” Leti disfrutaba de humillar a su marido que tuvo que esperar un mes completo con la jaula de castidad puesta.

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