Mi Fantasía De La Dominación Femenina Arnés

Era miércoles por la tarde. Yo estaba en el trabajo cuando recibí una llamada de mi novia exigiendo saber “qué coño” Dominación Femenina Arnés historias eran. Olvidé borrar el historial del navegador en mi ordenador. Más tarde, volví a casa y recibí el tratamiento silencioso que duraría hasta el viernes, cuando todo cambiaría para nosotros como pareja. Llegué a casa después de unos tragos para descubrir a mi compañera en el sofá envuelto en una manta. Tan pronto como me senté en el sofá que ella estaba yendo al cuarto. Genial, pensé, otra noche en el sofá.

Después de 5 minutos mi novia exigió que vaya al cuarto. Cuando entré vi a mi novia vestida en un par de botas negras y corsé de cuero. Tenía puesto un consolador con arnés. Ella me exigió quitarme la ropa y arrodillarme delante de ella para chuparle la polla. Nunca la había visto tan confiada, exigente y sexy. Cuando me arrodillé, ella agarró mi pelo y obligó su polla en mi garganta. No podía tomarlo todo al principio, pero con sus empujes más profundos ya no amordazaba.

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La Nueva Dueña

Mi nueva dueña se quitó la nueva polla de mi boca y me abofeteó diciéndome que me acostara en la cama y me tumbara sobre mi espalda. Se puso entre mis piernas y produjo una botella de lubricante. Ella vertió lubricante en sus manos y apretó mi pene ahora muy duro y comenzó a masajearlo mientras el exceso de lubricante corría entre mis mejillas de mi culo. Lentamente, empezó a lubricar mi ano para relajarme. Ella me llevó hasta el borde y justo cuando estaba listo para venir se detuvo y comenzó a frotar su propia polla con el lubricante. Mientras me estaba agachando, ella insertó su polla negro unos centímetros en mi ano lentamente al principio para que pudiera sentir la quemadura.

Cada vez, ella me decía lo mucho que amaba sintiendo toda mi longitud adentro de ella. Ella me dice que le encanta la mirada en mis ojos mientras empieza a golpear mi culo apretado. El sentido de la quema que sentí al principio está siendo sustituido por un abrumador sentido del placer. ¡Estoy gritando por más! ¡lo quiero más duro! Ella viene y se cae sobre mí. Ella me exigió que venga encima de sus manos y me obligó a lamer hasta la última gota de mi semen.

¡Así fue como perdí mi virginidad anal y me convertí en la perra de mi Ama!