Humillación Total Por Parte De La Dómina

En una relación D/s como es sabido por todos, hay una persona Dominante, encargada de ejercer el poder y control absoluto. La parte Dominante en este caso, además de demostrar ese poder innato, suele tener o mostrar, un comportamiento señorial tanto en su forma de vestir. Como de desenvolverse delante del animal al que adiestra, educa o domina.

Todo lo contrario lo encontramos en el dominado o adiestrado. El cual como norma habitual, se encuentra desnudo, ya que la desnudez en el ser humano, aunque éste sea inferior por naturaleza, es un síntoma de clara debilidad e inferioridad. En más tratándose del género masculino, debido a que sus órganos reproductores se muestran de forma externa, y son por norma objeto de orgullo de la masculinidad. Es por consiguiente una forma fácil de humillación total por parte de la Dómina hacia su adiestrado.

Una Dómina, esencialmente debido a su carácter dominante intrínseco, tiende a marcar las diferencias con SU animal, con movimientos armoniosos, meditados, caminando con paso firme alrededor del adiestrado y demostrando clase. Todo lo contrario que los del dominado, que tienden a ser inseguros, temerosos, y rápidos, como un animal temeroso y huidizo.

Superioridad Absoluto

La posición de la Dómina es siempre de superioridad absoluta, y por lo tanto debe ejerce el control de la situación desde arriba, y es por ello, que su adiestrado salvo que vaya a ser azotado en un poste o colgado de unas cadenas del techo. Siempre ha de estar en un lugar de clara inferioridad, propia de su condición natural, y por lo tanto estará de rodillas delante de su educadora.

Como ya hemos dicho, para un macho estar desnudo es una debilidad. Además, a nuestro animal, le ordenamos realizar ciertas labores de muy baja estima, se produce una doble reacción. Una de total humillación por su parte, lo que conllevará que esté a nuestra entera merced, y obedezca a todas y cada una de nuestras órdenes por muy caprichosas que sean. La otra reacción, altamente positiva hacia nosotras las Dóminas, ya que genera un símbolo de Superioridad indescriptibles.

domina

 

La Comunicación Entre Dómina Y Macho Inferior

La comunicación entre personas de igual posición, se realiza mediante el habla. Todos los seres ya sean racionales (Dóminas) o irracionales (esclavos), poseemos un músculo en la boca llamada LENGUA. En el caso de las Dominantes, la lengua nos faculta para intercambiar información, y para mostrar nuestros sentimientos dependiendo del tono de la voz empleado, con los que nos rodean.

Por el contrario, en un macho inferior la Lengua tiene otro uso muy distinto, pero de igual funcionalidad. La comunicación verbal entre Dómina y esclavo, no se realiza a través de la VOZ, de una forma natural y bi-direccional como entre Dominantes. En este caso es la Dómina, quien manda las órdenes con su VOZ, pero no busca una respuesta en SU adiestrado de igual forma, ya que en este caso la comunicación es unidireccional, ya que de todos es sabido, que los perros no hablan, LADRÁN.

Entonces, ¿Para que dispone un esclavo de lengua, si no se le permite que la utilice para comunicarse con SU Dueña, se preguntará mucha gente? Pues la respuesta es muy sencilla, un macho inferior carece de todos los derechos que dispone una Dómina, salvo uno, el derecho a servirnos.

Abrillantar Nuestro Calzado

Si volvemos un momento la mirada hacia atrás, donde hacíamos hincapié en lo fundamental que es para una Dómina, el marcar perfectamente las diferencias con su adiestrado. Una de estas órdenes de máxima humillación, que le podemos dar a nuestro macho inferior, es la de ordenarlo lamer nuestras botas.

El otorgarle a nuestro macho, la presunta utilidad de abrillantar nuestro calzado, es directamente otorgarle esa funcionalidad, o lo que es lo mismo, le estamos diciendo en su cara,”No vales para nada, así que demuéstrame que la confianza que he depositado en ti, otorgándote el derecho y el privilegio de abrillantar mi calzado, ha sido acertada, que no me he equivocado.”

Posiblemente para un macho inferior, el hecho de estar arrodillado delante de SU AMA lamiendo su calzado, sea tras su otra funcionalidad, la de ser azotado, la que más carga de humillación conlleve para él. Por eso para una Dómina, el jugar con ese factor es fundamental para tener a su adiestrado en un punto de sometimiento total. Es muy difícil que en una clase de educación y respeto que se le imparta a un macho inferior, éste, no termine por aprender algo útil de su Domadora.

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