Los Dos Chicos Descubiertos

Alonso y Samuel se habían infiltrado en la casa de la fraternidad de porristas de la universidad donde asistían para cumplir el desafío que sus amigos les habrían puesto. Entrar ahí sin ser vistos y robar alguna prenda íntima que encontraran. Pero por mala suerte fueron descubiertos por Andrea, Fátima, Monserrat y Emilia. Las cuatro chicas dominantes novatas que compartían la habitación dentro de la casa. Dos de las chicas se quedaron con los chicos y los obligaron a desvestirse por completo. Emilia guardó la ropa de los chicos mientras que Monserrat iba por Mónica, la líder de la casa de porristas.

Mónica entró y descubrió a los dos chicos desnudos y de rodillas en el medio de la habitación mientras que las demás chicas dominantes los vigilaban para evitar que se escapen. “Miren que tenemos aquí, un par de degenerados,” dijo Mónica con una sonrisa malvada. “Caballeros les daré dos opciones; uno, hablar con la seguridad del campus para que los arresten o dos que ayuden a las chicas de este cuarto a cumplir sus tareas para ingresar a la fraternidad.” Los chicos se miraron preocupados, podrían expulsarlos de la universidad si eran atrapados así en una casa donde solo pueden haber chicas o ayudarlas. “Bien, les ayudaremos a cumplir sus tareas,” dijeron los dos chicos juntos.

Carne Fresca De Las Chicas Dominantes

Las chicas dominantes sonrieron y aplaudieron con gusto mientras que Mónica se relamía los labios. “¡Genial!! Esto les va a gustar, chicas hoy tienen carne fresca.” Las cuatro novatas rieron emocionadas. Mónica se sentó en la cama y sacó una hoja la cual tenía varias tareas por hacer. “Primer tarea, fotografiar a un chico desnudo del campus.” Una tarea fácil, alguna chica podría colarse a las duchas de caballeros y tomar alguna foto pero teniendo a un par arrodillado y sin escapatoria simplemente sacaron celulares y tomaron las fotos.

“Fue demasiado fácil niñas,” dijo Mónica al revisar la lista. “Esta es muy buena, medir el largo y groso del pene de un chico.” las chicas dominantes se pusieron nerviosas y rieron tímidamente poniéndose rojas. Pero Andrea tomó la iniciativa, sacó una cinta métrica y midió el pene de Samuel de largo y groso. “14 cm de largo y 11 cm de grosor estando flácido.” La chica hizo lo mismo con el pene de Alonso. “12 cm de largo por 10 de ancho.” Las otras chicas dominantes, algo animadas confirmaron las medidas de Andrea. “Apenas son considerados hombres sumisos,“ dijo Mónica al levantar el dedo meñique haciendo que todas las chicas reían dejando en vergüenza a los dos chicos.

chicas dominantes

Aspiren Con Fuerza

Mónica sigue leyendo las tareas, “A partir de aquí solo leeremos las tareas para nosotras.” Las chicas miraron la tarea que Mónica señaló y todas estuvieron de acuerdo. Emilia y Fátima obligaron a poner la cara contra el piso y Monserrat y Andrea se quitaron las zapatillas y las colocaron contra las narices de los chicos. “Aspiren con fuerza,” dijo Emilia, pero los dos chicos trataron de quitarse pero las damas les dieron una fuerte nalgada, “¡Que respiren cerdos!” gritó Mónica mientras que las chicas golpearon sus traseros. Los dos chicos no tuvieron más opción que respirar el interior de las zapatillas.

Mónica señaló otra tarea, “Bien chicos sabemos lo que quieren así que mastúrbense,” dijo Emilia a los chicos. Ellos sacaron sus penes y comenzaron a tocarse ellos mismos los penes para ponerlos erectos, pero Monserrat les dio un fuerte golpe en la mano. “No tontos, mastúrbense el uno al otro.” Las demás chicas animaban a los dos chicos para hacerlo. Los dos algo nerviosos tuvieron que estimularse el uno al otro por un buen rato, “No se corran hasta que se los ordenemos,” dijo Andrea mientras que Fátima le comentaba a Mónica una idea que tuvo la cual la chica aprobó.

Eyaculando Encima De Una Galleta

Ella trajo una par de galletas y las sostuvo frente al pene erecto de cada chico, “Bien ya pueden eyacular,” dijo Mónica y ambos chicos soltaron su leche en cada galleta, de un movimiento rápido Fátima colocó cada galleta en la boca del chico y los obligó a comérsela. Monserrat trajo cuatro paletas de remo de madera, “Bien chicos por último cada chica les dará veinte golpes en las nalgas, si aguantan sin quitarse los dejaremos ir con su ropa.” Los chicos se pusieron en cuatro patas y cada chica los golpeó con fuerza en las nalgas con las paletas.

Los chicos a pesar del dolor toleraron bien hasta que cada chica los golpeo. Entonces Mónica les devolvió sus ropas, “Tienen a la cuenta de tres para salir de mi vista 1…” dijo la chica y los dos jóvenes salieron despavoridos de la casa sosteniendo su ropa y corriendo por el campus totalmente desnudos, los que las chicas no se dieron cuenta fue que Alonso pudo guardar en los bolsillos de su chaqueta unos pantis y un sostén que encontró antes de ser capturado y claro compartió una de las prendas con su amigo. Las chicas tardaron en darse cuenta del robo, pero decidieron cobrársela a los chicos en otro momento. Tal vez en el futuro, ordenamos a los chicos que nos lleven a un espectáculo de Chippendales para que vean como nos disfrutamos con los bailarines.